8. PROPUESTAS DE MEJORA Y CONCLUSIONES
Tras realizar este
proyecto sobre centros penitenciarios militares, hemos planteado una serie de
propuestas de mejora para poder modificar algunos aspectos que consideramos que
no son del todo correctos y podrían tener otra manera de
ejecución. Además, gracias a la realización del blog hemos descubierto una
nueva realidad hasta entonces desconocida para nosotras, pero enriquecedora
para nuestra formación como educadoras sociales. Hemos podido conocer el
funcionamiento del centro, cómo se lleva a cabo la reducación y reintegración
de los internos en la sociedad, fin último de estas instituciones, y los
mecanismos y recursos que utilizan a ello. De esto hemos podido concluir la
importancia ante todo de la persona, su integridad y sus derechos; para que
sean respetados óptimamente hemos pensado estas propuestas de mejora.
Para empezar, la primera
propuesta que hemos pensado está relacionada con las visitas de familiares y
amistades. Las visitas acordadas en el centro penitenciario se pueden
realizar diariamente en unas horas establecidas con autorización verbal o
escrita del celador mayor. Sin embargo, cuando el tiempo se excede de la
normativa establecida se deberá adquirir una autorización del director del
centro penitenciario. En base a esto planteamos una propuesta de mejora la cual
está dirigida a los familiares y amigos que acudan a estas visitas de mayor
tiempo. La persona que quiera concretar una visita con una duración de tiempo
prolongada a lo permitido deberá redactar y entregar en el centro penitenciario
un escrito con al menos tres días de antelación para así evitar los conflictos
que estos permisos ocasionan.
Para continuar con las
propuestas de mejora debemos centrarnos en la rebaja de condena. En los centros
penitenciarios militares no existe como tal la rebaja de condena por buena
conducta, por ello creemos que algo positivo para los presos sería la rebaja de
la pena a través de su evolución en el ámbito de estudio y las actividades
realizadas.
En la actualidad, existe
una gran dificultad en la plena reinserción de los reclusos tanto a nivel
económico como social. Por ese motivo creemos conveniente la creación de
organizaciones que pudiesen ayudar a los presos en el proceso de reinserción
una vez salen del centro penitenciario con diferentes ayudas a través de
talleres, charlas, conferencias, dinámicas, etc. Para conseguir esta
reinserción, desde el centro penitenciario se llevan a cabo formaciones y
actividades multidisciplinares para garantizar el bienestar de los internos y
conseguir modelar las malas conductas que les han llevado a ingresar en el
centro.
De este modo, nos parece
importante destacar la necesidad de ofrecer un trato personalizado a cada
preso; para ello es indispensable contar con el equipo profesional que ejercen
en el centro, consiguiendo un seguimiento individual para que cada persona
pueda reintegrarse como miembro de la sociedad. A pesar de ello, también es
igualmente necesario la relación entre internos a través de actividades y
terapias grupales, que pueden aportar siempre nuevas perspectivas
enriquecedoras entre ellos. Dentro de este equipo profesional destacamos el
papel que desarrollan los educadores y educadoras sociales, formando parte
esencial del proceso, trabajando día a día con los internos.
Asimismo, hemos podido
detectar los prejuicios que existen en la sociedad respecto a las personas que
han estado alguna vez en estos centros, por lo que es importante la
visibilización de esta parte de la sociedad, ya que además estos centros son
totalmente desconocidos y la gente apenas tiene información de ellos, sin tan
siquiera saber cuál es el fin último de ellos y los internamientos. Parece ser
un tema que hay que dar más a conocer, intentando romper con las falsas
creencias que genera la sociedad y los medios de comunicación.
De igual forma, parece
importante dar una segunda oportunidad a todos los individuos y saber cómo
actuar frente a cada caso, viendo si es posible la rehabilitación y
modificación de las conductas conflictivas.
Por último, es vital la
aceptación de esta realidad, que debe ser tratada con cautela, consiguiendo que
suponga una mejora para la convivencia en la sociedad, de modo que se respeten
los derechos humanos de todas las personas y bajo ningún concepto lo contrario.
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